1. Que tan ñoño eres?
2. Que tan ñoño podrías llegar a ser?
3. Necesitas ir a ñoños anónimos?
4. Crees que no eres ñoño cuando tus palabras dicen lo contrario.
5. Crees que el ser ñoño es una enfermedad?
Mayorías de si:
Aceptalo eres un ñoño de alto nivel, eres de esos que son tan ñoños que hasta hacen llorar, felicidades sigue adelante.
Mayoría de no:
Sigue aquí en sudafrica hasta que te des cuenta ue eres mas ñoño que los demas... plop
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Answers & Comments
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felicidades! ya estas haciendo algo para solucinar tu problema de ñoñez
Con tu ¡plop! tienes que ir a Dunedín, ¡plop!
´JAJAJAJAJA, ACEPTA YA TU NOÑEZ WE!!!
El primer paso para librarte de la ñoñez, es reconocerla!
Vas por buen camino!
ñoño que nace torcio jamas su ñoñes enderesa, eso tenlo bien claro ñoño
Saludos ñoño
pues fue un 50 y un 50 eso que significa?
Jajaja Soy ñoña... y que! jajajaja
Saludos Paquito!
En serio... gracias por todo...
Había una vez en el antiguo Al-Andalus, un viejo maestro en el arte de la guerra , ya retirado que se dedicaba a enseñar el arte de la meditación a sus jóvenes alumnos. A pesar de su avanzada edad, corría la leyenda que todavía era capaz de derrotar a cualquier adversario.
Cierto día apareció por allí un guerrero con fama de ser el mejor en su género. Era conocido por su total falta de escrúpulos y por ser un especialista en la técnica de la provocación. Este guerrero esperaba que su adversario hiciera el primer movimiento y después con una inteligencia privilegiada para captar los errores del contrario atacaba con una velocidad fulminante. Nunca había perdido un combate.
Sabiendo de la fama del viejo maestro, estaba allí para derrotarlo y así aumentar su fama de invencible. El viejo aceptó el reto y se vieron en la plaza pública con todos los alumnos y gentes del lugar. El joven empezó a insultar al viejo maestro. Le escupió, tiró piedras en su dirección, le ofendió con todo tipo de desprecios a él, sus familiares y antepasados. Durante varias horas hizo todo para provocarlo, pero el viejo maestro permaneció impasible. Al final de la tarde, exhausto y humillado, el joven guerrero se retiró.
Los discípulos corrieron hacia su maestro y le preguntaron cómo había soportado tanta indignidad de manera cobarde sin sacar su espada, asumiendo el riesgo de ser vencido.
-Si alguien te hace un regalo y tú no lo aceptas, ¿a quién pertenece ese regalo? -preguntó el viejo maestro.
-A quién intentó entregarlo -respondió un discípulo.
-Pues lo mismo vale para la rabia, la ira, los insultos y la envidia -dijo el maestro-, cuando no son aceptados continúan perteneciendo a quien los cargaba consigo.