TRABAJO PRÁCTICO de marisa nota : 10 (muy buen trabajo )
Demografía
Es el estudio interdisciplinario de las poblaciones humanas. La demografía trata de las características sociales de la población y de su desarrollo a través del tiempo. Los datos demográficos se refieren, entre otros, al análisis de la población por edades, situación familiar, grupos étnicos, actividades económicas y estado civil; las modificaciones de la población, nacimientos, matrimonios y fallecimientos; esperanza de vida, estadísticas sobre migraciones, sus efectos sociales y económicos; grado de delincuencia; niveles de educación y otras estadísticas económicas y sociales.
Crecimiento vegetativo
La diferencia entre los nacimientos y las defunciones da el índice de crecimiento vegetativo ó índice de crecimiento natural, que indica el ritmo al que aumenta o disminuye un grupo de población y se expresa en porcentajes. Así decimos que en Argentina en 1988 la tasa de natalidad fue del 20,7%, la de mortalidad del 8,4%, la de mortalidad infantil del 25,7% y el índice de crecimiento vegetativo del 1,2%, lo que significa que en ese año nacieron 20,7 niños por cada mil habitantes, murieron 8,4 personas por cada mil habitantes y la población creció a un ritmo de 1,2 personas por cada cien habitantes.
Densidad de población
La densidad de población es la cantidad de habitantes por kilometro2, en un cierto lugar y en un cierto momento.
Esperanza de vida
La esperanza de vida al nacer es el número de años que se estima podrá vivir un niño si se mantienen las mismas condiciones que existían en el momento de su nacimiento.
ABORÍGENES DE LA REPUBLICA ARGENTINA
Los principales aborígenes que habitaban este territorio eran:
Nombres
¿Nómades o Sedentarios?
¿Dónde vivían?
¿A qué se dedicaban?
Calchaquíes
Sedentarios
Prov. de Salta, Jujuy y Tucumán
A la Agricultura, criaban llamas
Matacos
Nómades
Prov. de Formosa y Chaco
A la recolección, cultivaban y tejían
Guaraníes
Nómades
Prov. de Misiones, Corrientes y Entre Ríos
A cultivar, cazar y pescar
Diaguitas
Sedentarios
Prov. de Catamarca, La Rioja y San Juan
A la agricultura y a la caza
Querandíes
Nómades
Prov. de Buenos Aires y Santa Fe
A la caza
Comechingones
Nómades
Prov. de Córdoba y Santiago del Estero
A recolectar, cultivar y cazar
Patagones
Nómades
Prov. de Río Negro, Chubut y Santa Cruz.
A cazar y recolectar
Onas
Nómades
Prov. de Tierra del Fuego
A cazar
Los indígenas y sus construcciones
Los aborígenes nómades: dependencia del medio natural
Actualmente, la mayor parte de la población argentina vive agrupada en ciudades como Eduardo Castex o en otras más grandes o más pequeñas. Pero no siempre fue así. Hace alrededor de seiscientos años, antes de la llegada de los españoles, en el actual territorio argentino vivían muchos pueblos indígenas.
La mayor parte de esos pueblos eran cazadores-recolectores. Como no producían sus propios alimentos dependían mucho de la naturaleza. Por eso eran nómades. De tanto en tanto, cuando comenzaba a escasear la comida, debían mudar sus toldos o rancheríos hacia lugares en los que hubiera animales, raíces y frutos en abundancia.
Los aborígenes sedentarios: agricultura e independencia de los rigores geográficos
En el Noroeste y en algunas zonas del Noroeste del actual territorio argentino, había pueblos agricultores. No necesitaban desplazarse en busca de alimentos: eran sedentarios. En algunos casos, practicaban la agricultura por medio del riego. También había pueblos que almacenaban alimentos para las épocas en las que no se podía cultivar.
Las dificultades y obstáculos que presentaba la naturaleza, especialmente el clima, no eran problemas tan importantes para su subsistencia como lo eran para los pueblos nómades. Surgieron así algunas localidades, como Quilmes de Calchaquí, que lograron superar los 1000 habitantes.
Algunas de estas comunidades indígenas fueron incorporadas al imperio de los incas, que tenía su ciudad capital en Cuzco, en el actual territorio de Perú. Otras, en cambio, ofrecieron resistencia y en esos casos las localidades se convirtieron en centros de defensa frente al avance de los soldados del imperio incaico.
Los yámanas, nómades del mar
Cazar ballenas y lobos marinos, pescar y recoger mariscos eran las actividades más importantes de los yámanas. Estos pueblos cazadores y recolectores habitaban en el sur de la isla Grande de Tierra del Fuego y en las islas del archipiélago del Cabo de Hornos. Aunque eran muchos, vivían en pequeños grupos formados por unas pocas familias muy independientes. No tenían jefes ni caciques.
Los yámanas no se establecían en forma permanente en una isla. Eran nómadas: levantaban su campamento en una playa o cerca de un arroyo y se quedaban allí unos pocos días. Cuando los alimentos escaseaban, abandonaban las viviendas y se iban en sus canoas buscando aguas y playas donde hubiera buena caza y buena pesca.
Vivían en chozas muy sencillas
Las casas que construían los yámanas eran muy simples. Sus chozas tenían forma de cono o cúpula.
Para hacer una choza, primero construían un armazón con postes o ramas. Luego lo cubrían con hojas y ramas y finalmente, con cueros de lobos marinos.
La casa tenia una entrada pequeña que cubrían con un trozo de cuero para protegerse del frío. La parte superior de la choza se dejaba abierta. Por esa abertura salía el humo de las brasas que siempre ardían en el centro de la choza.
Hábitos
Los yámanas, para darse calor, dormían muy apretujados, uno sobre otro.
Los yámanas comían huevos duros de cormorán, pingüino, cauquén... También comían hongos y algunas raíces y tallos. Pero su alimentación era fundamentalmente de origen animal: carne asada y grasa derretida de lobos marinos, ballenas y delfines; peces, mejillones y otros moluscos.
Las mujeres preparaban pieles, confeccionaban ropa, hacían canastos, cocinaban y cuidaban a los chicos. También eran ellas las que construían las chozas.
Además de cazar en el mar, los hombres cazaban sobre tierra firme guanacos, pájaros, cormoranes, pingüinos... Para ello, fabricaban arcos, flechas, hondas y lazos.
A los niños varones les encantaba dejarse caer por las lomas.
Las canoas: un segundo hogar
Los yámanas pasaban gran parte del tiempo navegando por las aguas encrespadas de la región. Desde sus frágiles canoas, obtenían los alimentos fundamentales para su supervivencia.
Las canoas yámanas eran muy grandes (cinco metros de largo y un metro de ancho en su parte media) y livianas. Las hacían con la corteza del coíhue, un árbol de la región. Sólo utilizaban madera para la construcción del armazón.
Una tarea comunitaria: la caza de la ballena
Cuando los yámanas descubrían alguna ballena descansando en las aguas de un canal, se organizaban para atacarla. Varias familias se acercaban y desde las distintas canoas le arrojaban arpones que llovía sobre el animal. Si no lograba escapar, la ballena se desangraba y moría. Entre todos la llevaban hasta la playa más cercana. Entonces, tras tantas horas de esfuerzos, la alegría estallaba entre los cazadores porque cientos de kilos de grasa y carne les aseguraban una buena alimentación por muchos días.
Más hábitos
Las mujeres remaban incansablemente. Tenían una gran habilidad para dirigir la canoa hacia los lugares que les señalaba el cazador.
Los niños sacaban el agua que se filtraba en la canoa y cuidaban que no se apagaran las brasas del fogón. El fuego no incendiaba la canoa porque se hacía sobre una plataforma de piedras.
Los hombres yámanas iban al acecho, parados en la proa de la embarcación. Para cazar y pescar usaban arpones de distinto tamaño que terminaban en una punta de hueso que podía tener forma de dientes, serruchos o ganchos.
Hombres, mujeres y niños usaban un taparrabos de cuero pequeño. Se cubrían con una capa que fabricaban con pieles de lobo marino, nutria de mar, guanaco o zorro. A veces, se calzaban con mocasines de piel.
Las mujeres recogían mejillones y otros mariscos. Para ello usaban unos largos palos que terminaban en forma de pinza. También pescaban con línea y carnada o con canastos.
hasta la confederación al mando de un solo general, revestido con poder terrenal y divino.
Gente caminadora en la Patagonia: los tehuelches
En la actual provincia de Santa Cruz y en toda la Patagonia vivían los tehuelches. Eran nómades. Viajaban mucho a pie, en pequeños grupos, a través de las mesetas patagónicas. Cuando empezaba el verano, llegaban a la cordillera, desde la costa. Acampaban allí porque había animales para cazar y agua para beber.
Cazaban sobre todo guanacos y ñandúes. Para cazar estos animales y otros de la zona, como pumas, huemules, peludos, maras, zorrinos y patos, utilizaban el arco y la flecha.
Vivían en tolderías
Los tehuelches acampaban en toldos muy simples que construían con armazones de madera cubiertos con cueros de guanaco. Vivían en grupos pequeños, formados por unas pocas familias. Cada uno de esos grupos tenía un jefe que los guiaba en la caza y en las mudanzas, pero que no podía dar órdenes. Los tehuelches eran muy independientes y no reconocían una autoridad mayor a la del padre de familia.
La mudanza
Hacia el fin del otoño, las mujeres tehuelches levantaban el campamento y cargaban, en sus bolsas, las herramientas y comida. Con los toldos a cuestas, junto a sus hombres y niños, se ponían otra vez en movimiento. Todos juntos, guiados por sus caciques, seguían a guanacos y ñandúes a través de territorios conocidos, en su viaje hacia la costa.
Hábitos
Para evitar que la lluvia se filtrara en los toldos, las mujeres impermeabi
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TRABAJO PRÁCTICO de marisa nota : 10 (muy buen trabajo )
Demografía
Es el estudio interdisciplinario de las poblaciones humanas. La demografía trata de las características sociales de la población y de su desarrollo a través del tiempo. Los datos demográficos se refieren, entre otros, al análisis de la población por edades, situación familiar, grupos étnicos, actividades económicas y estado civil; las modificaciones de la población, nacimientos, matrimonios y fallecimientos; esperanza de vida, estadísticas sobre migraciones, sus efectos sociales y económicos; grado de delincuencia; niveles de educación y otras estadísticas económicas y sociales.
Crecimiento vegetativo
La diferencia entre los nacimientos y las defunciones da el índice de crecimiento vegetativo ó índice de crecimiento natural, que indica el ritmo al que aumenta o disminuye un grupo de población y se expresa en porcentajes. Así decimos que en Argentina en 1988 la tasa de natalidad fue del 20,7%, la de mortalidad del 8,4%, la de mortalidad infantil del 25,7% y el índice de crecimiento vegetativo del 1,2%, lo que significa que en ese año nacieron 20,7 niños por cada mil habitantes, murieron 8,4 personas por cada mil habitantes y la población creció a un ritmo de 1,2 personas por cada cien habitantes.
Densidad de población
La densidad de población es la cantidad de habitantes por kilometro2, en un cierto lugar y en un cierto momento.
Esperanza de vida
La esperanza de vida al nacer es el número de años que se estima podrá vivir un niño si se mantienen las mismas condiciones que existían en el momento de su nacimiento.
ABORÍGENES DE LA REPUBLICA ARGENTINA
Los principales aborígenes que habitaban este territorio eran:
Nombres
¿Nómades o Sedentarios?
¿Dónde vivían?
¿A qué se dedicaban?
Calchaquíes
Sedentarios
Prov. de Salta, Jujuy y Tucumán
A la Agricultura, criaban llamas
Matacos
Nómades
Prov. de Formosa y Chaco
A la recolección, cultivaban y tejían
Guaraníes
Nómades
Prov. de Misiones, Corrientes y Entre Ríos
A cultivar, cazar y pescar
Diaguitas
Sedentarios
Prov. de Catamarca, La Rioja y San Juan
A la agricultura y a la caza
Querandíes
Nómades
Prov. de Buenos Aires y Santa Fe
A la caza
Comechingones
Nómades
Prov. de Córdoba y Santiago del Estero
A recolectar, cultivar y cazar
Patagones
Nómades
Prov. de Río Negro, Chubut y Santa Cruz.
A cazar y recolectar
Onas
Nómades
Prov. de Tierra del Fuego
A cazar
Los indígenas y sus construcciones
Los aborígenes nómades: dependencia del medio natural
Actualmente, la mayor parte de la población argentina vive agrupada en ciudades como Eduardo Castex o en otras más grandes o más pequeñas. Pero no siempre fue así. Hace alrededor de seiscientos años, antes de la llegada de los españoles, en el actual territorio argentino vivían muchos pueblos indígenas.
La mayor parte de esos pueblos eran cazadores-recolectores. Como no producían sus propios alimentos dependían mucho de la naturaleza. Por eso eran nómades. De tanto en tanto, cuando comenzaba a escasear la comida, debían mudar sus toldos o rancheríos hacia lugares en los que hubiera animales, raíces y frutos en abundancia.
Los aborígenes sedentarios: agricultura e independencia de los rigores geográficos
En el Noroeste y en algunas zonas del Noroeste del actual territorio argentino, había pueblos agricultores. No necesitaban desplazarse en busca de alimentos: eran sedentarios. En algunos casos, practicaban la agricultura por medio del riego. También había pueblos que almacenaban alimentos para las épocas en las que no se podía cultivar.
Las dificultades y obstáculos que presentaba la naturaleza, especialmente el clima, no eran problemas tan importantes para su subsistencia como lo eran para los pueblos nómades. Surgieron así algunas localidades, como Quilmes de Calchaquí, que lograron superar los 1000 habitantes.
Algunas de estas comunidades indígenas fueron incorporadas al imperio de los incas, que tenía su ciudad capital en Cuzco, en el actual territorio de Perú. Otras, en cambio, ofrecieron resistencia y en esos casos las localidades se convirtieron en centros de defensa frente al avance de los soldados del imperio incaico.
Los yámanas, nómades del mar
Cazar ballenas y lobos marinos, pescar y recoger mariscos eran las actividades más importantes de los yámanas. Estos pueblos cazadores y recolectores habitaban en el sur de la isla Grande de Tierra del Fuego y en las islas del archipiélago del Cabo de Hornos. Aunque eran muchos, vivían en pequeños grupos formados por unas pocas familias muy independientes. No tenían jefes ni caciques.
Los yámanas no se establecían en forma permanente en una isla. Eran nómadas: levantaban su campamento en una playa o cerca de un arroyo y se quedaban allí unos pocos días. Cuando los alimentos escaseaban, abandonaban las viviendas y se iban en sus canoas buscando aguas y playas donde hubiera buena caza y buena pesca.
Vivían en chozas muy sencillas
Las casas que construían los yámanas eran muy simples. Sus chozas tenían forma de cono o cúpula.
Para hacer una choza, primero construían un armazón con postes o ramas. Luego lo cubrían con hojas y ramas y finalmente, con cueros de lobos marinos.
La casa tenia una entrada pequeña que cubrían con un trozo de cuero para protegerse del frío. La parte superior de la choza se dejaba abierta. Por esa abertura salía el humo de las brasas que siempre ardían en el centro de la choza.
Hábitos
Los yámanas, para darse calor, dormían muy apretujados, uno sobre otro.
Los yámanas comían huevos duros de cormorán, pingüino, cauquén... También comían hongos y algunas raíces y tallos. Pero su alimentación era fundamentalmente de origen animal: carne asada y grasa derretida de lobos marinos, ballenas y delfines; peces, mejillones y otros moluscos.
Las mujeres preparaban pieles, confeccionaban ropa, hacían canastos, cocinaban y cuidaban a los chicos. También eran ellas las que construían las chozas.
Además de cazar en el mar, los hombres cazaban sobre tierra firme guanacos, pájaros, cormoranes, pingüinos... Para ello, fabricaban arcos, flechas, hondas y lazos.
A los niños varones les encantaba dejarse caer por las lomas.
Las canoas: un segundo hogar
Los yámanas pasaban gran parte del tiempo navegando por las aguas encrespadas de la región. Desde sus frágiles canoas, obtenían los alimentos fundamentales para su supervivencia.
Las canoas yámanas eran muy grandes (cinco metros de largo y un metro de ancho en su parte media) y livianas. Las hacían con la corteza del coíhue, un árbol de la región. Sólo utilizaban madera para la construcción del armazón.
Una tarea comunitaria: la caza de la ballena
Cuando los yámanas descubrían alguna ballena descansando en las aguas de un canal, se organizaban para atacarla. Varias familias se acercaban y desde las distintas canoas le arrojaban arpones que llovía sobre el animal. Si no lograba escapar, la ballena se desangraba y moría. Entre todos la llevaban hasta la playa más cercana. Entonces, tras tantas horas de esfuerzos, la alegría estallaba entre los cazadores porque cientos de kilos de grasa y carne les aseguraban una buena alimentación por muchos días.
Más hábitos
Las mujeres remaban incansablemente. Tenían una gran habilidad para dirigir la canoa hacia los lugares que les señalaba el cazador.
Los niños sacaban el agua que se filtraba en la canoa y cuidaban que no se apagaran las brasas del fogón. El fuego no incendiaba la canoa porque se hacía sobre una plataforma de piedras.
Los hombres yámanas iban al acecho, parados en la proa de la embarcación. Para cazar y pescar usaban arpones de distinto tamaño que terminaban en una punta de hueso que podía tener forma de dientes, serruchos o ganchos.
Hombres, mujeres y niños usaban un taparrabos de cuero pequeño. Se cubrían con una capa que fabricaban con pieles de lobo marino, nutria de mar, guanaco o zorro. A veces, se calzaban con mocasines de piel.
Las mujeres recogían mejillones y otros mariscos. Para ello usaban unos largos palos que terminaban en forma de pinza. También pescaban con línea y carnada o con canastos.
hasta la confederación al mando de un solo general, revestido con poder terrenal y divino.
Gente caminadora en la Patagonia: los tehuelches
En la actual provincia de Santa Cruz y en toda la Patagonia vivían los tehuelches. Eran nómades. Viajaban mucho a pie, en pequeños grupos, a través de las mesetas patagónicas. Cuando empezaba el verano, llegaban a la cordillera, desde la costa. Acampaban allí porque había animales para cazar y agua para beber.
Cazaban sobre todo guanacos y ñandúes. Para cazar estos animales y otros de la zona, como pumas, huemules, peludos, maras, zorrinos y patos, utilizaban el arco y la flecha.
Vivían en tolderías
Los tehuelches acampaban en toldos muy simples que construían con armazones de madera cubiertos con cueros de guanaco. Vivían en grupos pequeños, formados por unas pocas familias. Cada uno de esos grupos tenía un jefe que los guiaba en la caza y en las mudanzas, pero que no podía dar órdenes. Los tehuelches eran muy independientes y no reconocían una autoridad mayor a la del padre de familia.
La mudanza
Hacia el fin del otoño, las mujeres tehuelches levantaban el campamento y cargaban, en sus bolsas, las herramientas y comida. Con los toldos a cuestas, junto a sus hombres y niños, se ponían otra vez en movimiento. Todos juntos, guiados por sus caciques, seguían a guanacos y ñandúes a través de territorios conocidos, en su viaje hacia la costa.
Hábitos
Para evitar que la lluvia se filtrara en los toldos, las mujeres impermeabi